Todos sabemos a qué nos referimos con la palabra “joven”,
pero y si la disfrazamos un poco y le llamamos “jóvenes adultos con recursos
limitados” ¿sabe alguien a lo que me refiero?
Podríamos empezar por decir que son personas que están en
dificultad social para el acceso al empleo estable y satisfactorio. A esto
podemos unirle las problemáticas heredadas, lo vivido en la infancia, y en los
casos más graves, podemos hablar de casos de situaciones de maltrato
prolongadas, abuso o abandono en la infancia/adolescencia entre otros muchos.
Por esto, el tránsito de los jóvenes a la vida adulta se
convierte en un riesgo, ya que tienen escasez de recursos personales y ausencia
de entorno social acogedor.
A estos jóvenes, podemos situarlos en instituciones,
programas y centros de reinserción, puede tratarse también de personas
aisladas, perdidas, jóvenes de población marginada, etc.
Todo esto, junto con que este sector no quiere iniciar
itinerarios formativos complejos y prolongados, se convierte para los
educadores en un trabajo bastante complejo. Conocer algunas características de
esta población en dificultad social, ayudará al educador para orientarles y
ayudarles.
La tarea de ayuda para la transición a la vida adulta, ha de
realizarse desde unas dinámicas de participación consciente, participación de
personas capaces de encontrar y descubrir sus propios espacios de encuentro, no
eludir el conflicto, sino ayudar a gestionarlo y negociarlo; construir un
ciudadano responsable.
Las necesidades de cada uno, que se sientan protagonistas de
su vida, permitir que se equivoquen y trabajar sus errores como también sus
aciertos, son algunas de las cosas a tener en cuenta para ir por el camino
correcto.
Todos sabemos a qué nos referimos con la palabra “joven”, pero y si la disfrazamos un poco y le llamamos “jóvenes adultos con recursos limitados” ¿sabe alguien a lo que me refiero?
EL PUNTO DE PARTIDA ES SU INTERÉS Y MOTIVACIÓN
No hay comentarios:
Publicar un comentario